QUÉ VER EN MARSELLA
Qué ver en Marsella en un día o dos y disfruta de esta bonita ciudad. Se trata de la segunda ciudad más poblada de Francia. Su puerto, el más importante de la Costa Azul, fue testigo de la expansión colonial de Francia y, más tarde, de la masiva llegada de inmigrantes procedentes de Italia, Grecia, Turquía, el norte de África, etc. El resultado, hoy en día, es una ciudad cosmopolita y multiétnica que ofrece una interesante variedad de atractivos turísticos.
su historia:
La fundación de Marsella se sitúa en torno al 600 a. C., cuando griegos de Focea establecieron allí un emporion llamado Masalia. Este enclave comercial evolucionó hasta convertirse en una polis y siguió siendo muy relevante en época romana bajo el nombre de Massilia. Durante la Edad Media, la ciudad pasó por manos de godos, visigodos, árabes, etc. antes de unirse a la Provenza (1481) y anexionarse al Reino de Francia (1482).
En 1720, la ciudad vivió la Gran Peste de Marsella, que se llevó la vida de un tercio de sus 90.000 habitantes. En 1792, Marsella abrazó con entusiasmo la Revolución Francesa y sus voluntarios hicieron célebre el cántico que más tarde se convertiría en himno del país: La Marsellesa. Durante los siglos XIX y XX, su «puerto imperial» contribuyó decisivamente en la colonización de África. El mismo puerto viviría décadas más tarde las diferentes oleadas de inmigración que hoy dibujan su realidad multicultural.
qué ver y visitar en marsella:
puerto viejo:
Dicen que aquí comenzó la Historia de Marsella. Antiguamente denominado Lacydon, el Puerto Viejo es el más antiguo de la Marsella y el corazón palpitante de la Ciudad Foceana desde hace siglos. Hoy en día, es uno de los lugares más emblemáticos de Marsella. Es el punto de encuentro natural de todos los marselleses y visitantes. Aquí se puede sentir el ambiente de Marsella, entre el mercado de pescado y la animación del centro de la ciudad.
Aquí encontrarás las taquillas y el punto de partida de muchas excursiones como el Petit train de Marseille o salidas en barco para visitar las islas de Marsella y las calanques o alquilar un barco.
Paseando por el puerto viejo te encontrarás el Ayuntamiento, denominado Hôtel de Ville. En el siglo XIII, la Maison de Ville, reunía a vendedores y cónsules, siendo en el S. XV el Palais Communal. El Hotel de Ville actual se construyo en el S XVII, es de estilo barroco, siendo desde 1948, monumento histórico.
Es una buena zona para ir a comer, te recomiendo que te quedes por esta zona a comer, encontrarás una deliciosa gastronomía de pescado y marisco fresco, proveniente de los barcos que salen cada día a faenar desde su puerto. Aquí también encontrarás el Bar de la Marine de Marsella, lugar de rodaje de la película Love Actually con Colin Firth.
la casa del diamante:
Situada justo detrás del Ayuntamiento, la Maison Diamantée debe su nombre a su fachada de piedras puntiagudas.La fecha de su construcción se estima entre finales del siglo XVI y principios del XVII. Esto la convierte en una de las casas más antiguas de Marsella con el Hotel Cabre. Fue construida por deseo de ricos comerciantes italianos y españoles. De gran belleza arquitectónica, con un estilo inspirado en la Italia de los Médicis, alberga desde hace mucho tiempo a las grandes familias marsellesas, como los Saboulin Bollena y los Castellane.
le panier:
Le Panier es la parte más antigua de la ciudad y antiguo barrio de pescadores e immigrantes. Te enamorarás de sus calles estrechas, pequeñas plazas, de los edificios de estilo provenzal con aire decadente de fachadas de colores y ropa tendida en sus balcones, de los numerosos grafitis y muestras de arte urbano de calidad, de las cafeterías y locales alternativos, y de una autenticidad que no encuentras en ningún otro barrio de la ciudad. La ruta puede empezar subiendo la rampa medieval des Accoules para ir descubriendo lugares como la Place de Lenche, la Place des Treize Cantons que tiene la famosa chocolatería del Panier, la Place des Moulins (dónde aún conserva los restos de un molino) o La Grande Savonnerie, (donde comprar el auténtico jabón de Marsella).
Dentro del barrio de Le Panier vas a encontratte con Vieille Chrarité. La construcción de este complejo se inició en 1640, para cumplir con el decreto real sobre «el encierro de los pobres y de los mendigos», y se completó en 1745. La Vieille Charité se convirtió más tarde en hospicio y refugio militar. Durante el siglo XX, el conjunto fue recuperado del abandono y hoy es un centro cultural que alberga varios museos, talleres, cine, restaurante, etc.
Abadía de San Víctor
Fue fundada el siglo V, es uno de los edificios más antiguos en Marsella y uno de los centros religiosos más importantes del catolicismo en el sur de Francia.
Aunque la fachada parece un castillo con una muralla y varias torres, merece la pena entrar en su interior de galerías abovedadas para ver la iglesia y la bonita cripta que conserva unos fantásticos sarcófagos del siglo IV y V e importantes reliquias, por las que acuden miles de peregrinos durante las fiestas religiosas de la Candelaria, el 2 de febrero.
Catedral de la Major de Marsella:
Ubicada en pleno frente marítimo, a media distancia entre el puerto de cruceros y el Vieux Port. Fue construida entre 1852 y 1893 siguiendo los diseños de Léon Vaudoyer, quien recibió el encargo de reemplazar la antigua catedral románica. Los restos de la «Vieja Mayor», convertida hoy en iglesia parroquial, descansan junto a la nueva catedral, dentro del mismo recinto. Destaca por la piedra caliza de colores blancos y verdes de su fachada, así como una bonita decoración interior en mármol y pórfido con elaborados mosaicos. La entrada es gratuita y bien merece la pena dejarse maravillado por su interior.
Fuerte Saint Jean
Este fuerte rodeado por un foso y construido entre 1668 y 1671 por orden de Luis XIV, mantiene la estructura de una antigua comandancia de las Hospitalarias de San Juan de Jerusalén del siglo XII y una gran torre cuadrada construida por el rey René entre 1447 y 1453. Posteriormente se añadió la torre circular del Fanal que permitía divisar cualquier navío que se acercase a menos de 20 kilómetros del puerto.
Con el paso del tiempo además de sus funciones defensivas, fue utilizado durante un tiempo como prisión, cuartel de las tropas francesas y de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Durante este periodo sufrió graves daños por la explosión de un deposito de municiones y no fue hasta 1967 que el gobierno francés empezó su reconstrucción.
El fuerte esta conectado por una pasarela metálica de 130 metros con el moderno Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, conocido como MuCEM y que merece la pena visitar.
Palais Longchamp:
Finalizado en 1869, este complejo palaciego se construyó para celebrar la llegada de un nuevo canal de agua a la ciudad. Además de albergar varios museos (como el de Historia Natural o el de Bellas Artes), sirve como entrada al bonito parque Longchamp, que incluye varios espacios históricos, como el antiguo jardín zoológico (hoy lleno de esculturas de animales).
Notre-Dame de la Garde:
La basílica de Nuestra Señora de la Guarda, popularmente conocida como «la Buena Madre», está situada sobre un colina a 150 metros sobre el nivel del mar . Esta iglesia construida a partir del 1853, destaca por su estilo neo-bizantino recubierta de mármol y pórfido proveniente de Italia y por una estatua dorada de 11 metros de la Virgen María que corona el campanario.
En su interior con mármoles de franjas blancas y rosadas y elaborados mosaicos, sorprende por la presencia de exvotos, muchos dedicados por marineros agradecidos, y una decoración con maquetas de barcos colgadas de las bóvedas.
Además desde la iglesia tendrás las mejores vistas de Marsella con el Mediterráneo de fondo y disfrutarás de uno de los mejores atardeceres.
Castillo de If
Popularizado por Alejandro Dumas en su su novela El Conde de Montecristo. Esta fortaleza del siglo XVI, funcionó como cárcel estatal entre 1580 y 1871. En ella se inspiró Alejandro Dumas para situar en la prisión en el que pasó varios años Edmond Dantès, en su famoso libro «El conde de Montecristo».
Aunque la obra es de ficción y este fuerte fue originalmente destinado a proteger la costa marsellesa, a partir del 1800 se convirtió en una temible prisión estatal para asesinos y presos políticos, gracias a su ubicación que imposibilitaba las fugas.
El castillo, que se ubica en la isla del mismo nombre (la más pequeña del archipiélago de Frioul), puede visitarse tomando un barco desde el Vieux Port.
Y hasta aquí mi recorrido de un día para visitar Marsella, si os ha gustado no os perdías la guía de qué ver en Montpellier
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